12 de diciembre de 2006
Diciembre, ¡argh!
Cada año que pasa le tengo más manía a diciembre.

Cuando era pequeña era genial, las vacaciones, la Navidad, regalos, cachondeo, etc, etc...

Ahora es bastante insoportable.

¿Razones? Bueno, en un principio puede parecer previsible y sentimentaloide, pero cuando falta alguien, SIEMPRE te acuerdas MÁS en Navidad.
Y si te acuerdas MÁS, te pones aún más triste porque no está.
Y como hay críos pequeños y se supone que son unas fiestas alegres, tienes que disimular y aparentar que estás alegre.
Y la cosa va más o menos bien hasta que el j***o nieto pequeño va y le dice a la abuela que él se acuerda del abuelo y que si es verdad que está en el cielo con los angelitos.

Yupi.

Tambien está el trabajo.

Yo me dedico a vender comida.
Y parece ser que el apetito de la gente se multiplica por tres cuando llegan estas fechas.
Y aumentan las prisas y disminuye la paciencia.

El resultado de esta ecuación es que yo acabo el día destrozaita del todo. Es que no me da tiempo a llegar a todo y me estreso por cualquier cosa.

Como lo de la cesta. En vez de vender lotería decidímos hace tiempo hacer una porra y sortear dos cestas de navidad.
Se ha convertido en una tradición. (Tratemos de obviar el hecho de que si has creado una tradición, es que llevas DEMASIADO tiempo en ese sitio)

Solo pretendíamos hacer algo bonito para los clientes.
Pero la cesta ha resultado ser un objeto capaz de sacar el lado oscuro de la gente a la superficie. Casi casi como el Anillo Único.

Se comportan como una manada de orcos. Hay gente que se ha tirado ¡dos meses! preguntando cuando la poníamos. Para que no les quitaran sus números. ¡¡SUS NÚMEROS!! Y si se han quedado sin ellos, pobre de quién halla osado a semejante afrenta. Es que llegan a discutir. Estan zumbadas.
Y yo me pillo unos cabreos estupendos.

Es que se han vendido 200 números en dos días. Es para verlo, en serio.






¡¡Por fin!! Bueno, que por tres euros está bien, pero no hace falta tirarse a la yugular.



Pero aún hay más.

A las nueve y media de la mañana me llaman del hospital diciendome que me operan del nódulo el próximo día 18.

¡Hala! Sin desayunar siquiera...

Eso es felicitar las fiestas y lo demás gilipolleces.

Creo que, definitivamente, esto convierte este diciembre en un mes verdaderamente memorable.
Pues nada, desde hoy me declaro oficialmente mujer al borde de un ataque de nervios.
Me va a venir genial todo esto para las clases de conducir.

¡Anda! Lo mismo es por esto por lo que tengo unos repentinos deseos de patear algo...

Que sí, que este mes es un asco.








¿Eh? ¿Que al final me operan el 16 de enero? Bueno, vale, pero diciembre sigue siendo asqueroso.

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posted by Scarlett Witch at 8:39 | Permalink |


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