Quiera o no quiera, algún día hay que regresar a la rutina.

Pues eso, que llevo en casa desde el viernes, que la operación salió muy bien, sin ningún problema salvo los vómitos que me provoca la expulsión de la anestesia.

Y la vergüenza que me provoca mi incapacidad de usar esos artefactos diabólicos llamados cuñas. Porque vamos, el resto de la humanidad no sé, pero yo soy incapaz de hacer pis tumbada.

Mañana me quitan los puntos, a ver que me encuentro. No parece una herida muy grande, puede que al final ni se note.

Al menos me ha servido para vaguear sin complejo de culpabilidad.
¡¡Creo que he batido mi propio record!!
¡¡He visto la quinta temporada de Angel completa en estos tres últimos días!!
Esta serie creo que se ha ganado un buen comentario.

En fin, lo divertido de estas cosas es lo que te cuenta luego la gente.

Como me ha extirpado media tiroides vienen muy decididos a explicarte lo de los efectos secundarios.

Unos cuantos me han dicho que voy a adelgazar un montón. Sinceramente, no caerá esa breva.

Y un par de personas me han dicho que sufriré cambios de humor bastante bruscos.
Esto lo mismo es verdad, porque estuve viendo el sábado (sí, tambien me dió tiempo) El Diablo Viste De Prada y casi lloro al final. Fué muy inquietante.

Lo mismo ahora me he vuelto supersensible y me da por abrir mi corazón de par en par.




Naaaaaa. Ni de coña.

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