Le estaba dando yo vueltas a si debería contar esto o no.
No es que sea nada malo, es más bien porque quedo como una ordinaria de tres pares de pelotas.

Y no me gustaría que la gente pensara eso.

Porque no lo soy. Al menos no demasiado. Creo. Jo.

En fin, que despues de pasarme por el blog de Lorzagirl y leer el post de su
última estrella invitada no he podido evitar el recordar esta pequeñísima conversación con mi mami. Hablando de inocentes...

Estabamos viendo tan tranquilos el capítulo semanal de House en la Fox.
Resulta que cada vez meten más cortes publicitarios y uno de ellos anuncia este producto.

Mi madre que lo ve, va y pregunta:

- ¿Y eso qué es?

Al resto del mundo, no sé, pero a mí el hecho de hablar de cualquier tema relacionado con el sexo con mi madre me da un repelús tremendo. Soy de la creencia de que a mí me trajo una cigüeña de Paris. O que salí de una maceta. O por generación espontánea. O lo que sea, antes de ¡¡¡¡argh!!!

- Voy a recoger la mesa.

- ...

Mirada inquisidora.

- Avisadme cuando empiece...

Vuelvo.

- No me has contestado.

- ¿A qué?

- ¿Qué que era eso?

- ¿El qué? No me he dado cuenta...

- Ya.

- ¿Por que no iba a decirtelo?

- Pues no sé. Tú sabrás.

- Que chorradas dices a veces. Cuando vuelvan a echar el anuncio y lo vea, te lo digo.

- Vale.

Y yo, esperando que no lo repitieran. Pero no, en la Fox SIEMPRE repiten los anuncios.

- Eso.

- ¡AH! Eso. Pueees...

- ¿Es para comer?

- No.

- ¿Para beber?

- No.

- ¿Para echartelo en la cara?

- No.

- Entonces, ¿para que narices sirve?

- ¡¡Para follar!!

Silencio MUY incómodo de duración indefinida. Por no decir eterna.

- Hija mía, pero que basta eres.

- Ya. Pero ¿a qué te has enterado?

- Eso sí, ves.

Etiquetas: Ralladas